Hasta hace un tiempo, en el ranking de las ERNC (Energías Renovables No Convencionales) más usadas en Chile, la energía eólica se adjudicaba el primer lugar. Sin embargo, hoy la realidad ha cambiado y es la energía solar la nueva monarca. Hasta febrero de este año, la energía solar en el país había crecido 62,66% en relación con periodo del año anterior; la energía eólica, por su lado, creció en un 25,5%.
Para dimensionar el crecimiento de este tipo de energía, hasta el año pasado la inversión total de las instalaciones solares, con resolución ambiental aprobadas y en proceso de calificación, bordeaba los US$ 13.000 millones. Uno de los inversores es la firma británica Solarcentury, que espera construir hasta el año 2017 entre 100 a 150 MW como proyectos propios. Y considerando también la adjudicación y construcción de proyectos para terceros, un total entre 400 MW a 500 MW, invirtiendo unos 650 millones de dólares en total. Detrás de esta enorme inversión en energía solar se ubica la energía eólica, con un total de US$ 7.774 millones.
La energía solar, de este modo, alcanza un nuevo estatus para las aspiraciones del país de convertirse en una potencia a nivel mundial en la generación de energías limpias, especialmente solar y eólica. Los beneficios medioambientales son incuestionables, pero a la luz de un estudio recientemente publicado en EEUU, los beneficios también son para la salud de la población al reducir los contaminantes que las plantas a energía fósil generan -como nitrógeno, sulfuro y material particulado-, lo que redunda en menos mortalidad infantil y otras consecuencias negativas de la contaminación. Además de esto, está el tema del ahorro que sigue de este tipo de inversiones. Según este estudio, que está basado en la realidad de EEUU, al evitar las muertes prematuras reduciendo los gases de efecto invernadero, sólo el este de EEUU podría ahorrar 890 millones de dólares. En ese sentido, Chile tiene un gran potencial y mejor aún, una gran oportunidad.
Ya el año pasado el último reporte del Centro Nacional para la Innovación y Fomento de las Energías Sustentables, dependiente de Corfo, pronosticaba que el año recién pasado terminaría con 1.000 MW adicionales de energía generada por ERNC, de los cuales más de 800 MW provinieron de energía solar. Así, al término del año 2015, la energía proveniente de ERNC aportaba con 2.771 GWh al total de la matriz nacional, representando un 9,42%, duplicando la obligación que por ley deben generar estas energías renovables.
Lo interesante es que esto no para, ya que el aporte de las centrales solares ya se está multiplicando gracias a nuevas construcciones de centrales que sumarán a los ya 848 MW, otros 2.195 MW de capacidad instaladas. Al parecer, el futuro de la energías ERNC en Chile está en manos de una estrella.