En los últimos 10 años, la industria de la minería ha experimentado una fuerte tendencia mundial hacia la aplicación de operaciones remotas y automatización en la gestión de sus máquinas y procesos. El aumento de flotas de camiones autónomos, perforadoras y cargadores subterráneos semi-autónomos, y en generar una variedad amplia de vehículos tele-operados con posicionamiento satelital y electrónico, han permitido operaciones más seguras desde centros de control a kilómetros de distancia. Estos son solo algunos de los avances que reflejan las tendencias tecnológicas de la industria.
Avances que ofrecen mejoras sin precedentes en la seguridad del operador, evitándole exposición a condiciones inseguras o potencialmente perjudícales a la salud, subiendo los estándares en materia de seguridad laboral. Asimismo, aumentan la disponibilidad del equipo y el uso efectivo del activo, entregando mayores herramientas para la optimización del proceso unitario y la integración con los otros procesos dentro de su cadena de valor. Lo anterior se traduce en una reducción los periodos inactivos causados por necesidades propias de los operadores (ej. cambios de turnos y traslados, recesos para alimentación) y potencia a los operadores multifuncionales permitiéndoles controlar desde sala de control a más de una máquina a la vez, con lo cual se pueden igualar o sobrepasar los rendimientos actuales de una operación manual.
Pero este foco hacia la innovación, basado en tecnologías de electrónica, información y comunicaciones conlleva una gran cantidad de desafíos técnicos dados por las características físicas de los yacimientos y de los diversos fenómenos y procesos que están presente en las etapas de procesamiento de mineral.
Por esto, es fundamental el diseño de redes e implementación de sistemas de telecomunicaciones que permitan a esta nueva era de la mina inteligente conectarse y tele-operarse. Éste debe ser robusto, de alta capacidad, poca latencia, con un buen servicio de soporte, y que asegure la integración y continuidad operacional de sistemas y equipos.
En Chile las principales empresas mineras ya realizaron las inversiones para desplegar redes de fibra óptica e infraestructura de conectividad inalámbrica en las áreas de operación, habilitando la implementación de telemetría para transmisión de datos, imágenes, voz y sonido. La tele-operación por su parte, está más avanzada, actualmente existen cerca de 60 equipos tele-operados a nivel nacional y la proyección para este año es que aumenten al menos un 50%.
Esta tendencia tiene un gran potencial de crecimiento. Por un lado, ya existe la habilitación para el despliegue de redes por parte de las mineras y por otro, tenemos la oferta de soluciones tecnológicas robustas y probadas por parte de empresas proveedora que incorporan toda la electrónica, cámaras de alta definición, sillón de operación, controles táctiles, etc., por lo que todo apunta a que iremos avanzando hacia una era de la mina inteligente y segura.